Clarín el 21.10
La gala de Rod Stewart. Susana Giménez, Macri e infinidad de famosos, en una cena show a 5.000 pesos el cubierto.
La ciudad era un caos, pero no importó. No importó que todas las vías de acceso a la Capital Federal estuvieran cortadas como parte de las marchas por el primer aniversario del crimen de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero. La cita, anunciada para las 20, no por difícil fue imposible y así, esos fanáticos de Rod Stewart que pudieron darse el lujo de pagar 3.000, 4.000 y 5.000 pesos, llegaron airosos para disfrutar de una cena de gala de esas que “uno sólo ve en las películas”, como decía un muchacho entre entusiasmado y confundido.
Para imaginarse la noche hay que acudir a lo conocido: piense en un casamiento majestuoso. Piense en un cocktail, en muuucho champagne, muuucho vino caro, canapés riquísimos (pero de contenido misterioso) y muuucha gente, que no se conoce entre sí, pero comparte su cariño por el protagonista de la velada.
Una banda de jazz recibía a los espectadores en el salón principal. A partir de las 21.30, hombres y mujeres podían pasar al espacio en el que estaban distribuidas las mesas. La cena se extendería tan sólo una hora antes de que el escocés irrumpiera en el escenario. Todos, los que llevaban sus vestidos más lujosos, y los que se animaban a un simple pantalón de jean, comerían lo mismo, y así fue: frescura del mediterráneo, tourneados de lomo en costra de hierbas y chocotorta version café des arts.
Estuvo Susana Giménez, sí. También Ricardo Darín, Guillermo Francella, Dolores Barreiro, Nacho Viale, China Suárez, Aíto de la Rúa, y una infinidad de famosos. “¿Se puede ir a una cena de gala con muletas, Germán?”. “Y sí, yo me lo permito”, le confesaba a Clarín Paoloski. Tampoco estuvo ausente Marcela Tinayre, amiga, junto con su esposo, Marcos Gastaldi, de Stewart. Pero el verdadero star system no fueron ellos. Las damas enfundadas en los vestidos más costosos corrían, desesperadas, detrás de “Francisco”… Francisco De Narváez. “Ahora vamos y le decimos: ‘¡Vos sos el próximo gobernador!’, y le pedimos una foto, ¿eh?”, planificaban dos señoras. Mauricio Macri tuvo su audiencia: “Soy tu fan”, le aseguró otra muchacha de cincuenta y pico. Juliana Awada, eufóricamente saludada por De Narváez, se sentó a disfrutar de la gala en la mesa número uno, pegadita a Susana.
Rod, claro, brilló. Meneó caderas, se permitió carcajadas que no lo dejaban cantar, recibió rosas blancas, se cambió tres veces y cantó 18 temas. Entre ellos: Love Train , Have I Told You? , Talk About It , y el clásico Da Ya Think I´m Sexy . La cena terminó a las 12.25. Una señora de largos setenta tiró el bastón y se desplomó en su silla. Buen indicio: ella también quería más.
Por Marisol Parnofiello
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